Lo saludable y el enfermar humano en el ámbito laboral.
Por: Hernán Rodrigo Paz
En la actualidad llegan a consulta numerosas personas con la sensación de vacío, de tedio, a pesar de ser consideradas exitosas en términos de los valores culturales de su contexto. Dado que cada situación de vida es distinta, puntualizaremos acerca del origen en la semejanza antropológica que tienen las diferentes problemáticas. También se dará cuenta de los efectos patognomónicos que implican dichas sensaciones. Para Max Scheler el ser humano, se distingue de las demás especies por poseer la “capacidad de libre contemplación de lo posible” (1). Esta afirmación, es retomada por Viktor Frankl quien asevera que la Persona es el único ser que posee Voluntad de Sentido: es la “habilidad para percibir o encontrar sentido no solamente en lo que es, sino también en lo que puede ser”. (2). El Ser-es-con-el-mundo. El sentido está en el exterior. El objeto es intencional. Debe ser afectado por el sujeto, que la vez que éste lo afecta a él. De este modo, la psicoterapia como dispositivo introspectivo, tiene la finalidad de ser extrospectivo. Es decir que no es un fin en sí mismo, sino el medio para que cada persona pueda captar en el exterior, lo que tenga sentido para él y lo haga propio. La existencia puede ser entendida como una Gestalt de la Temporalidad. El ser humano, así, no es solamente quien es, sino quien puede llegar a ser. La apuesta por el potencial del ser, significa para el terapeuta, no sólo ver lo que le falta, sino también lo que tiene, y lo que puede llegar a ser, a pesar del cuadro diagnóstico que tiene, y que en ningún caso es. Metafóricamente, el terapeuta ofrece el lienzo en blanco y analiza junto al paciente lo que él desea pintar en base a su historia, y con sus condiciones y posibilidades, lo ayuda cocrear-en-el-mundo, su propia obra. Desde el análisis de lo óntico, se propician las condiciones para la aparición de lo ontológico. Así, el ser se desarrolla con limitaciones y posibilidades en el mundo, en sus dimensiones bio-psico-sociales. Lo ontológico, lo espiritual, que es pura posibilidad dinámica, sólo se puede expresar en la medida en la que las condiciones ónticas se lo permitan. Ésta visión antropológica, implica al ser humano en la responsabilidad de responder frente a los condicionamientos de la vida, mediante la actitud: su libertad última. “Yo considero que esto o aquello representa el sentido de la vida o de mi vida, justamente porque no soy solamente quien formula la pregunta, sino que también soy la respuesta”. (3). La Logoterapia, busca las “posibilidades de encontrar un sentido en la vida, devolviéndolo al lenguaje del hombre simple y sencillo para prepararlo también a él para encontrar un sentido a la vida” (4). La búsqueda es de sentido en la vida, en el mundo (lo óntico), y en lo que puede llegar a ser (lo ontológico). De este modo, el Ser Humano es un ser siendo para llegar a ser. Para Frankl, hay tres vías de acceso al sentido: a través del amor, del trabajo, y del sufrimiento. Si bien aquí puntualizaremos sobre el segundo, se aclara acerca del último que no tiene sentido en sí, sino que a partir del padecimiento en una situación límite, se lo puede encontrar.
Los tres caminos descritos para encontrar sentido, se corresponden uno a uno, con tres tipos de valores desarrollados por Max Scheler: 1. De vivencia: amar a alguien o algo, el encuentro con la naturaleza, la apreciación de lo estético, de lo armónico. 2. De creación: Están referidos a hacer y producir algo. 3. De actitud: Pueden surgir en las situaciones que no tienen salida. Ahora bien: no todas las elecciones, son auténticas. De hecho, la vida cotidiana transcurre en lo inauténtico, en el sentido construido socialmente, en lo convenido.
Para Heidegger, la angustia le permite al Ser Humano evitar la caída en lo que denominaremos aquí lo impersonal. La pregunta por lo que falta, habilita a la posibilidad de búsqueda de sentido, de lo auténtico para cada quien. El ser auténtico, se va desplegando en el sentido que va encontrando y realizando, situación por situación. Frankl señala que hay dos polos sobre los que la sociedad se suele regir: el éxito y el fracaso. Pero observa que un gran número de personas, al leer sus escritos acerca de la búsqueda de sentido, le referían tener éxito, pero sentirse vacíos. Entonces reflexiona que: se puede tener éxito y: a. sentirse vacío o b. sentirse pleno. Y a su vez, se puede fracasar (incluso en el más radical de los fracasos, en el lecho de muerte), y: sentirse: a. vacío o b. sentirse pleno.
A partir de su experiencia en el Campo de Concentración, ofrece una mirada superadora de la Pirámide de Maslow, que plantea que el objetivo de la persona es la autorrealización. Si bien no niega la importancia de cada uno de sus niveles, que van desde las necesidades básicas hasta la realización de valores, disiente en el hecho de que la autorrealización sea el fin último, aportando la noción de autotrascendencia: “Sobrevivir no puede constituir el máximo valor. Ser hombre significa estar preparado y orientado hacia algo que no es él mismo (…) Psiquiatras militares en todo el mundo pudieron confirmar que aquellos prisioneros que lograban sobrevivir eran los que estaban orientados hacia un futuro, hacia una meta en el porvenir, hacia un sentido que pudiera cumplirse en el futuro” (5). El concepto de Salud clásico provisto por la OMS, como “un completo estado de bienestar físico, mental y social” (6), implicaría una supuesta homeostasis. La Logoterapia deconstruye este presupuesto, e introduce la noción de lo saludable, lo cual supone no un equilibrio, sino una tensión necesaria. Como metáfora, podemos pensar en la cuerda de una guitarra: “para emitir sonido, tiene que tener cierta tensión entre sus polos (…) Si se encuentra laxa no suena. Si tiene una tirantez excesiva, se corta. Una vez lograda en ella el rango esperable para poder ser en su función, es imprescindible también que se ajuste a la situación, es decir, que se afine de acuerdo a la nota de la pieza que debe ejecutar”. (7). Tanto la dimensión biológica, la psicológica como la social, pueden influir en la ruptura de la cuerda, hoy llamada Burn Out, en la que la persona queda disociada afectivamente de la realidad que lo circunda. Este enfermar, genera síntomas como la sensación de agotamiento, abulia, disminución en la autoestima, dificultad para mantener la concentración, dificultad para controlar los impulsos, desinterés generalizado y por las personas. A su vez, la dimensión noética, lo espiritual, que en sí mismo no enferma, al no desplegarse realizando sentido, puede implicar efectos patognomónicos en las dimensiones física y psíquica. Continuando con la metáfora de la guitarra, en el ámbito laboral sucede a menudo que hay trabajadores que por un lado no suenan por desinterés, otros que están desafinados, y por último están quienes se enferman, que rompen su cuerda, por un exceso de tensión. Quienes no suenan por estar laxos, suelen tener escasa conciencia y compromiso. Mientras que los que se sobrepasan de tensión, tienen conciencia por sí mismos, y por los demás. Entonces se hacen responsables de sus propias tareas y de las de quienes no las realizan.
Factores que pueden influir en la ruptura:
Por un lado, hay a nivel social, pueden existir factores institucionales, en los que las organizaciones brindan factores que pueden desencadenar el enfermar humano de sus trabajadores.
A nivel social:
* Ruptura en el contrato simbólico: Es el acuerdo entre las partes al ingreso del trabajador en la organización. Si el empleador ofrece características de un puesto -crecimiento, capacitación permanente, beneficios, tarea acorde a sus intereses, etc- que no tiene coincide con la realidad, genera una expectativa en la que el trabajador se frustrará y en caso de que pueda sostener el puesto, dependiendo de la personalidad, lo hará con un gran gasto de energía psíquica.
* Errores en la selección de personal: Cuando el perfil del postulante no se adecua al puesto que debe desarrollar. Lo cual puede favorecer en el trabajador efectos patológicos, y por otra parte, disfuncionalidad y malestar en el grupo de trabajo.
* Acoso moral en el grupo y/o de los líderes: El mobbing puede implicar para la persona angustia, miedo, disminución en la autoestima, y en situaciones extremas, puede desembocar en el suicidio.
* Errores en el liderazgo: Para Frankl, el sentido es situacional. El modelo del liderazgo situacional (Hersey y Blanchard), implica un tipo de liderazgo dinámico, atento al proceso de capacitación, pericia, habilidades y seguridad de cada persona. Así, el líder con el personal recién ingresado, debe tener un estilo más directivo, y con el transcurso del tiempo, orientar a la persona de modo tal que pueda en cierto momento delegar y consultar al empleado acerca de las situaciones a resolver. Si el encargado de área o jefe, no tiene en cuenta esto, puede otorgar demasiada responsabilidad delegando en exceso tareas para las que el trabajador que recién ingresa o no está preparado para ello. O bien puede ser demasiado directivo con quien tiene suficiente pericia en el puesto, y esto puede generar un exceso de ansiedad, angustia, frustración, ira, entre otras consecuencias.
* Ausencia de capacitación: Frente al ingreso de personal, la reasignación de puestos, o la asignación de tareas, será importante brindar las herramientas necesarias para poder llevar a cabo la labor. A su vez, la capacitación resulta un elemento importante en la motivación de las personas, quienes pueden encontrar sentido en la adquisición de nuevas herramientas que le permitan desplegarse en el ámbito laboral.
* Exceso de tareas asignadas: Implican la presión para la persona de realizar tareas que deberían ser resueltas entre varios trabajadores. En tiempos de recortes presupuestarios, predominan estas situaciones. Frente a las bajas de las personas de un equipo de trabajo (por licencias médicas, jubilaciones, renuncias o despidos), no se suele contratar nuevo personal, quedando las tareas redistribuidas entre los miembros del equipo.
Hay que agregar en este ítem, el “beneficio” del teletrabajo, en el cual el personal trabaja desde su casa, donde el espacio y tiempo de la intimidad se ve afectado, por la desregulación de un encuadre de difusos límites.
* Rotaciones permanentes en los puestos: Pueden implicar cambios de área, de localización geográfica, viajes permanentes. Esto aumenta el estrés, genera dificultades a la hora de establecer relaciones duraderas con los compañeros, así como los vínculos personales –en el caso de cambios de localización geográfica. Una que grafica esto es el caso dramático de Telecóm en Francia, en el que se suicidaron 23 empleados en 18 meses. (8)
* Fusiones institucionales: Generan el estrés en la intersección de las organizaciones, nuevas políticas, tareas, relocalizaciones, reasignaciones de tareas, absorciones del personal, etc.
A nivel personal, mencionaremos limitaciones frecuentes en las personas, sin profundizar en ellas, porque excede el alcance de este trabajo.
* Baja autoestima
* Dificultad para establecer límites.
* Trastornos de la personalidad.
* Trastornos del estado de ánimo.
* Trastornos orgánicos (por ejemplo, afecciones tiroideas);
* Problemas personales no necesariamente patológicos (vacío existencial, tedio, duelo); * Otros: Tantas situaciones como personas hay en sus contextos.
Consideraciones finales:
Es importante que, en la relación de las organizaciones con los empleados, se tengan en cuenta las expectativas y el despliegue personal de los mismos, procurando tener en cuenta los diversos factores motivacionales que suplementan al salario. Para ello será necesario revisar permanentemente elementos centrales como la comunicación, el liderazgo, la capacitación, el clima laboral, el planteo de nuevos desafíos, etc.
Así mismo, el ser humano está condicionado, pero no determinado por sus dimensiones biológica, psicológica y social. Esto implica que no sólo puede reaccionar frente a ellas, sino también responder mediante la actitud. En la medida en la que sólo reacciona y no responde intencionalmente a cada situación, vive inauténticamente, impersonalmente.
Cada persona tiene la posibilidad de responder, frente a la pregunta por el sentido particular y situacional que la interpela. Se procura desde la Logoterapia, la búsqueda del bien-ser, que es integrativo, interactivo y dinámico-en-el-mundo (9) y no del bienestar, que procura una homeostasis utópica. Es decir, que la persona pueda ser lo más si misma posible, con sus limitaciones y posibilidades.
Si la persona logra desplegar su potencialidad día a día, se sentirá plena. Ya sea en los éxitos o fracasos parciales que pueda ir teniendo. Si mantiene la actitud constante de búsqueda de sentido, le será más fácil de sobrellevar el sufrimiento inherente a la condición humana. Seguirá existiendo de manera saludable con esperanza, a pesar de todo.
Bibliografía
- FRANKL, Viktor. (1988). La voluntad de sentido. pp. 22. Barcelona. Editorial Herder.
- Ibid pp. 22.
- Ibid pp. 34.
- Ibid pp. 34
- Ibid pp.37
- ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (2017). Recuperado de: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
- ACEVEDO, Gerónimo, PAZ, Hernán. Lo espiritual no enferma. Logoterapia en el tratamiento de personas con Psicosis: un abordaje posible. Pp. 50. Rosario. Ed. Centro Viktor Frankl.
- https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/francia-preocupa-gobierno-ola-suicidios-telecom_0_ByGlnhuRaYe.html
- ACEVEDO, Gerónimo, PAZ, Hernán. Lo espiritual no enferma. Logoterapia en el tratamiento de personas con Psicosis: un abordaje posible. Pp. 50. Rosario. Ed. Centro Viktor Frankl. pp. 92
Bibliografía general
ACEVEDO, Gerónimo, PAZ, Hernán. (2018) Lo espiritual no enferma. Logoterapia en el tratamiento de personas con Psicosis: un abordaje posible. Rosario. Ed. Centro Viktor Frankl.
FRANKL, Viktor Emil. (1988). La voluntad de sentido. Barcelona. Editorial Herder.
IRIGOYEN, Marie-France (2014). Todo lo que hay que saber sobre el acoso moral en el trabajo. Buenos Aires.
MARTÍN SANTOS, Luis. (2004). El análisis existencial. Ensayos. Madrid. Editorial Triacastela.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (2017). Recuperado de: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
Breve CV:
Hernán Rodrigo Paz nació en Buenos Aires, Argentina, el 15 de Julio de 1983.
Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires.
Se ha formado en Fenomenología en la misma Universidad, y en Logoterapia en el Centro Viktor Frankl de Buenos Aires.
Ha dictado numerosas exposiciones tanto en Congresos Nacionales como Internacionales, en países como Perú, España y Austria.
Es coautor junto al Dr. Gerónimo Acevedo del libro: “Lo espiritual no enferma. Logoterapia en el tratamiento de personas con Psicosis”:
Escribió diversos artículos relacionados con el aporte de la Fenomenología y la Logoterapia al campo de la Salud.
Ha trabajado como Psicólogo en tratamientos individuales y terapias grupales, en el Hospital Borda de la Ciudad de Buenos Aires. Fue director del equipo de Psicólogos del Centro Médico Alas.
Actualmente es Asesor de Investigación en Fenomenología en la Universidad de Buenos Aires (UBACyT).
Coordina el Centro Viktor Frankl de Buenos Aires, donde también es docente y terapeuta. Trabaja a su vez tanto en consulta privada, como en internación domiciliaria.
Correo electrónico: hernanrpaz@yahoo.com.ar
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