LA FILOSOFÍA CONCRETA DE MARCEL

J. Urabayen

Estudio y análisis de Federico Ríos

EL PAPEL DEL FILÓSOFO EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO

La Filosofía Concreta tiene en cuenta la situación y el carácter existencial e individual de la realidad del hombre que piensa.

1- Crisis y degradación del hombre

Marcel es denominado «el filósofo de la esperanza», porque siempre confió en el hombre para alcanzar un mundo mejor.

La deshumanización dio a su pensamiento una dirección más antropológica. Los aspectos de la situación más significativos son: la muerte de Dios y la agonía del hombre. La degradación del ser humano por las técnicas de envilecimiento.

El hombre agónico está a la búsqueda de sentido. La muerte de Dios ha resultado en la pérdida de la referencia del hombre y su consecuente absolutización. El nihilismo se ha extendido y el hombre sin referencia es un ser que deambula sin ningún apoyo ni referencia.

No puede vivir sin algo a que aferrarse, sin una ruta a seguir. Un extraño a sí mismo y a su esencia.

Marcel lo define como «el hombre de la barraca». Este es un ser que vive en un mundo inhumano, en el que no puede enraizar y que trabaja en un lugar impersonal. Es el desposeído y desplazado que no tiene respuesta a la pregunta ¿Quién soy yo? Esta pregunta y el desarraigo afecta profundamente al hombre contemporáneo y le hace tomar conciencia del carácter precario de su existencia.

Es la angustia y la nada en el pensamiento de Heidegger y Sartre.

Para Marcel sin embargo existe una vía para superar la situación: dejar el orgullo y la pretensión de dominio, reconocer la necesidad de algo o alguien superior.

El hombre tiene que encontrar el espejo donde mirarse y este solo puede ser Dios, el ser humano es «Imago Dei».

2- La degradación y objetivación del hombre en la era técnica.

El siglo XXI es la era de la tecnología. Marcel considera que las técnicas en sí son positivas, pero que la desorbitación de la tecnología o tecnocracia es negativa. Porque considera que el valor de todo, incluso el hombre se mide por el rendimiento y los resultados.

La exaltación de los valores técnicos, lleva a instaurar un mundo entregado a los técnicos donde ciertos valores no son preservados y que nos llevan a la reflexión: volver a un mundo sin tecnología es un anacronismo, pero es necesario un control.

La tecnocracia terminó esclavizando al hombre: el dominador a sido dominado por sus propias técnicas.

El hombre considerado como un objeto o cosa manipulable. Esta civilización es inhumana y ha roto el espejo en que se veía el hombre, una imagen deforme y cada vez más indescifrable. Esta falta de reconocimiento es enfermiza y de una pobreza intelectual y espiritual.

A este hombre que ha perdido su identidad y sus particularidades, se le aplica la técnica de envilecimiento para transformarlo en un desecho y que no puede más que desesperar, no solo intelectual sino vitalmente de si mismo.

Lo convierten en una cosa y lo conducen a la negación de su identidad.

Algunos de estos procedimientos son: la propaganda, el fanatismo, la ideología y la sociedad del bienestar.

Esta contradicción tiene su origen en una mala comprensión de la técnica: se le ha permitido invadir ámbitos que no le corresponden y sin ningún control.

Es necesario un control, que permita establecer sus límites y ejercer su accionar de un modo responsable.

Ese es el papel de la reflexión en el mundo actual. El intento de introducir la reflexión como moderador de las técnicas, se tiene que enfrentar con el orgullo o «hybris» humana.

La reflexión nos muestra que las técnicas son un medio y no un fin en sí mismo.

Esta es la tarea del filósofo. Es una tarea difícil pero no imposible: la luz de esperanza brilla, pero es necesario que el hombre reconozca que necesita ayuda.

3- El mundo contemporáneo

Es necesario hombres que tomen la tarea de reflexionar sobre la realidad y encontrar su sentido. Defender lo «universal del hombre» son los filósofos u hombres de pensamiento

El hombre escucha y responde a una llamada que invita a hacer el mundo más humano. Es en el fondo un papel de vigilancia: es el «velador «.

Qué significa velar: ante todo permanecer despierto. ¿Pero de que sueño se trata? Se presenta en diferentes formas: la indiferenciada, el sentimiento de que no puedo hacer nada, el fatalismo. Se da también la distracción voluntaria, con el pretexto de que todos mienten.

Es reaccionar ante las actitudes cobardes y perezosas. Existe una actitud de «vigilancia» que se debe practicar en lo posible.

El filósofo tiene una vocación humanista, en este aspecto Marcel retoma las ideas de la filosofía socrática – platónica.

Esta misión tiene los siguientes rasgos: mirada abierta sin prejuicios, responsable y capacidad de lucha y trabajo.

Este hombre comprometido con la realidad aspira a lograr la la paz y exige una gran dedicación.

Esta actitud ante la realidad le permite que la sabiduría posible, es hoy trágica y tiene la misión de recuperar el sentido de la vida. Es trágica porque en la actual sociedad técnica no se dan las condiciones necesarias para su desarrollo.

Las condiciones existentes son opuestas: el desprecio del pasado, la herencia espiritual y la sabiduría, con la negación de la realidad.

Desdeñar la vejez, cuando la sabiduría exige esfuerzo y madurez, que se dan en ella.

El desprecio por el sentido común y la sabiduría popular, que son los elementos de la verdadera sabiduría.

La incomunicación entre ciencia y filosofía, cuando la sabiduría es la culminación del conocimiento y no la disgregación.

Esta serie de problemas hace necesario una verdadera definición de la sabiduría.

El verdadero filósofo es que sabe escuchar la melodía de la sabiduría. Es la luz que ilumina su Alma. El que enseña a respirar.

Es la única filosofía que tiene valor y que puede ayudarnos a vivir.

Su deber debe ser defender al hombre de lo inhumano. Todo esto se logra trasmitiendo la verdad, que es el sentido profundo de Marcel.

CONCLUSIONES

El pensamiento de Marcel es un continuo buscar el acceso a la realidad y del misterio del ser. Fue un caminante del ser.

Señala que el acceso a la realidad se encuentra en la fe y el amor y no en el conocimiento o en la razón teórica. Comprender la relación entre ser y el pensamiento.

Todas sus obras culminaron en una nueva definición de una Filosofía Concreta, con una serie de diferencias: el problema y el misterio, la reflexión primera y segunda, la existencia y el ser, el cuerpo propio y el cuerpo objeto, el ser y el tener.

Surge la necesidad de hacer más concreto su pensamiento, al preguntarse por el papel del filósofo contemporáneo. Para Marcel no es el silencio ante el misterio, sino que es un himno a la perfección y a la armonía del ser. Esencial para comprender su pensamiento es la dimensión humana o vocacional de la filosofía.

La dimensión ética de su pensamiento está en que su filosofía no se hace únicamente con la razón, sino que es toda la persona la que está comprometida en el pensar.

Marcel centra su esperanza en Dios, pues sin El, el hombre no sabe quién es.

La filosofía es siempre una búsqueda o un camino a recorrer y búsqueda de la verdad del hombre y su realidad.