El sitio de la Logoterapia y Análisis existencial. 19 Aniversario. Desde 2005, de México para todo el mundo.
Buscar

Síntesis del libro “El modo humano de enfermar” del Dr. Gerónimo Acevedo

Por Rosamaría Vázquez-Mellado

La teoría del ser del hombre debe quedar abierta al mundo y al supermundo. Debe dejar abierta la puerta a la trascendencia. A través de la cuál se proyecta la sombra del absoluto. El hombre debe ser observado no como objeto visto por fuera y desde afuera como lo contempla la antropología clásica como una visión descriptiva, ni desde adentro (sujeto, cuerpo desconocido, ignorado, desvalorizado), ni tampoco como un paralelismo (cuerpo-espíritu), sino integrado en una totalidad única e irrepetible en relación con el mundo y los valores. Solamente en esta intencionalidad hacia los valores debe buscarse la más auténtica y real característica del ser hombre. Esto indica que en el hombre existe una tensión originaria en busca del sentido.

La visión del mundo desde la antropología frankliana es definida como el espacio histórico-cultural en el cual el hombre, junto con lo demás, intenta realizar la propia existencia, creando una comunidad más humana. Un mundo en el que hay lugar para el ser humano, para el arte, para la religión, la reflexión filosófica, la solidaridad, la participación, el dolor, la esperanza… por consiguiente, ser en el mundo no es otra cosa que estar fundamentalmente orientado hacia un fin, hacia un sentido que hay que identificar, hacia un valor que hay que realizar.

Cuando el ser humano enferma y como consecuencia, acude en busca de alivio a su padecer, lleva consigo una carga emocional imponderable y también una dosis más o menos grande de confianza. El enfermar sorprende al hombre. Su consecuencia es la búsqueda de quien o quienes sean capaces de solucionar ese estar “parado o detenido” en una situación que personalmente no pudo elaborar. Es aquí donde la medicina en ocasiones ha olvidado su función, la de servir. Cuando un paciente es tratado como un número, como una enfermedad, se siente cosificado, transformado en una cosa.

Si el enfermar humano se enfocara con una visión más holística, más total, existirían mayores posibilidades de sentido, al mismo tiempo que disminuirían el período de asistencia y sus costos.

Según Dieter Frey, los accidentados que debían permanecer en cama internados y que con mayor frecuencia sufrían complicaciones en su proceso de recuperación eran los que continuamente cavilaban si hubiesen podido evitar el accidente, los que se sentían totalmente indefensos y dependientes de la ayuda de los demás y los que reñían acerca de la injusticia del destino.

En contraste con éstos, se encontraban con una importante ventaja, aquéllos que aceptaban su destino, se preocupaban por una recuperación rápida de su capacidad funcional y su independencia y miraban con esperanza el futuro.

Estos resultados pueden ser formulados en forma aun más precisa por la logoterapia. Las personas que se encuentran en un “vacío existencial” permanecen durante mas tiempo enfermas y sufrientes, porque su poder de transformación no es activado.

La intervención del médico aquí, sin perder lo que tiene de individual, puede realizar una tarea constructiva, en primer término para lo social y luego para él mismo.

No se propone aquí que se ignore el conocimiento científico biomédico que tanto nos ha aportado. Lo que necesitamos es suplementarlo y enriquecerlo con el conocimiento vivencial intuitivo existencial al que estamos poco dispuestos a valorar.

Específicamente en el tema del cáncer, es importante tratar de discriminar entre la expresión de un fenómeno y el origen de un fenómeno. El cáncer no es sino un síntoma, y enfrentar el síntoma mediante el solo tratamiento es como tratar la esquizofrenia de manera esquizofrénica. Un virus se puede se la causa biológica, pero si lo que ha permitido es el desarrollo del cáncer, es decir, la etiología básica, no ha sido sólo el virus en sí, sino la condición de un medio favorable para la producción de la enfermedad.

Por deber ético, es necesario establecer una nueva serie de prioridades de la medicina.

La primera debe de ser la promoción de la salud que exigirá un esfuerzo máximo de parte de muchos médicos por convertirse en promotores de relaciones humanas, para generar junto con otros profesionales del área de la salud, una red solidaria. Aquellos que en esta área de la salud se consagren en esta prioridad reconocerán que es imposible que un hombre conserve una salud aceptable sin que organice un proyecto de vida con sentido. Esta organización sólo puede lograrse gracias a la autoconciencia., siendo necesario para que esta exista, la autodisciplina y voluntad en grandes dosis. Pondrá especial interés en participar de la vida en las dimensiones biológica, psicológica y espiritual. Los beneficiarios de estas medidas serán las personas que según los estándares actuales no están enfermas, pero que en realidad no presentan todavía manifestaciones físicas del proceso nosológico que padecen.

La segunda prioridad debe ser la prevención de enfermedades concretas. La tarea del médico es eliminar el dolor cuando es posible y suprime el síntoma cuando es beneficioso. Su actuar debe aplicarse con prudencia y mesura, de modo que su costo no sea excesivo ni para el individuo ni para la sociedad. Si así lo hiciera, desarrollará una nueva conciencia de los derechos del paciente e incluirá la ética como el factor de importancia en la asistencia hacia ellos. Los numerosos problemas humanos, incluido en cáncer, solo pueden resolverse una vez que entendamos nuestra relación con nuestros semejantes, con nosotros mismos, con el entorno y con las ideas. Problemas como el temor, la codicia, la ira, la venganza, la violencia, la autoexaltación, el afán de poseer y la explotación son en sí mismos cánceres a los que no podemos pasar por alto.

En el enfermo de cáncer no juegan solamente dos polos, porque el enfermo y su enfermar son algo más que una sucesión de hechos entre los que sólo existen relaciones de causa y efecto. El hombre enfermo es un individuo vivo, dotado de inteligencia racional y libertad, que intenta recuperar y cumplir sus propios proyectos.

El Profesor Frankl, en su obra “Psicoterapia y Humanismo”, manifiesta que el hombre puede hallar un sentido para su sufrimiento y es esa capacidad de autodistanciamiento, la que utiliza la medicina humanista en la práctica médica, no sólo para formular una propuesta filosófica, sino también una actitud terapéutica: “El hombre puede encontrar un sentido y autotrascenderse, y eso permite su supervivencia física”.

Todo médico o cirujano que acepta la responsabilidad de atender a un paciente con cáncer, debe conocer a fondo la fisiopatología de esta enfermedad variable e impronosticable. No solo debe generalizar en la enfermedad, sino deberá particularizar en el cáncer que presenta ese paciente. La terapia debe ser ajustada a cada paciente individual, lo importante es saber que al paciente lo asusta la posibilidad de ser abandonado por su médico al enfrentarse con la muerte.

Respecto al tema de drogadependencia, se deben tener en cuenta diversos aspectos: el familiar, el social, el personal entre otros, no individualmente sino integrados en un sistema, ya que sólo de ese modo pueden dar una visión correcta de la realidad.

En el caso del drogadicto, el tiempo se vive en forma circular, donde el pasado no representa una experiencia y el futuro tampoco representa un proyecto. El tiempo es un presente continuo y absoluto, sin sentido, sin futuro, sin posibilidad de proyección porque no existe tal finalidad.

Los grupos humanos que se conglutinan a partir de la droga frente a situaciones críticas o conflictivas, se dispersan ya que no favorecen el soporte y la contención. Las sensaciones que provoca la droga confunden el sentir con el sentimiento. El este último lo característico es la perduración del sentir en el tiempo, que hace posible el desarrollo de un proyecto que permite crear vínculos sudarios, establecer raíces que nos dan identidad.

En la visión antropológica de la drogadependecia se diferencia del habitual enfoque cultural dominante que prioriza el objeto “droga”, la conducta adictiva, las perturbaciones psíquicas o el deterioro físico que la droga origina. Este enfoque pone a la droga en el centro de la problemática del hombre adicto, asignándole un poder maléfico con exclusión antropológica, lo que paradójicamente da lugar a una actitud reduccionista, centrada en la droga. Se debe plantear si la droga es el origen del deterioro psico-físico y de los cambios de conducta del ser humano, o es la forma de expresión de un vacío existencial, una carencia de valores y un proceso de incompresión que padece el ser humano y que manifiesta en una conducta adictiva frente al objeto “droga”, por la que se le asigna un valor absoluto a los efectos relativos que la sustancia pueda tener, llevando a que la sensación de euforia estado pasajero y relativo, se confunda con la felicidad, y el asignar sentido se confunda con buscar sentido.

En el problema de las adicciones se ha constatado una serie de hechos que se repiten con gran frecuencia en las distintas dimensiones, social, familiar y personal. A estos factores se los denomina “observables”. Si algunos de los elementos predisponentes aparecen en forma simultánea en lo familiar, lo social y lo personal, se los denomina condicionantes de cadena pesada. Esta influencia no debe ser ignorada, pero tampoco sobrestimada hasta el punto de caer en un planteo reduccionista.

El enfoque cultural dominante pone el acento en la droga misma, en la conducta adictiva, en las perturbaciones psíquicas o el deterioro físico que la droga ocasiona. Este enfoque es coincidente con la actitud del propio adicto, quien asigna a la droga un valor que ésta no tiene, convirtiéndola en el eje de su vida. La sociedad contemporánea, en tanto niega la importancia de los valores humanos y hasta promueve su carencia, atribuye al objeto droga el origen de todo el mal, impidiendo al adicto asumir su responsabilidad y encarar los cambios.

Artículos relacionados

Nuestros Programas en Línea de Logoterapia

9 comentarios

  1. Probablemente en el congreso del 6 de junio en el Colegio de Contadores Públicos. De otra manera, no se consigue aquí, por éso el interés de presentarles una síntesis. Saludos.

    1. Es un excelente libro escrito por el Dr. Gerónimo Acevedo. Nos pareció importante compartirles un breve extracto del mismo para que lo conocieran. De ninguna manera es copia de otros textos Juan Carlos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Seminario «Vínculos, Crecimiento interior y Sentido de vida»!

Reproducir video acerca de video semanario

  • ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas relaciones se sienten superficiales y vacías?
  • ¿Te gustaría encontrar un mayor sentido en lo que haces y en tu vida en general?
  • ¿Sientes inseguridad al poner límites y al decir «no» cuando lo necesitas?
  • ¿Sientes una falta de sentido en lo que haces y en tu vida en general?

También puedes adquirir los temas individuales del Semanario «Vínculos, Crecimiento interior y Sentido de vida».

¡Diplomado en Logoterapia en línea!

Reproducir vídeo

  • Ya puedes aprender de la Logoterapia de forma virtual.
  • Estés donde estés y a la hora que tú prefieras.
  • No hay fechas fijas de inicio! Puedes empezar en cuanto te inscribes.
  • Logoforo-Academia está abierta las 24 horas, los siete días de la semana.

Deja tu Nombre y tu Email y te enviaremos nuestro Newsletter

Ya puedes adquirir temas individuales del Seminario Vínculos, Crecimiento interior y Sentido de vida.

¡Deja tu Nombre y tu Email y te enviaremos nuestro Newsletter!

Recibe Gratuitamente Noticias sobre Logoterapia y Psicología Humanista.