Por Alejandra Quiroz y Eduardo Padilla
La búsqueda de significado
Logoterapia aplicada a la vida
Joseph Fabry, FCE, Capítulo IX
Se cuestionan los valores del hombre, y éste pierde su referencia, se siente perdido. El hombre necesita referencias, necesita buscar bases sobre las cuales fundar sus decisiones. Y si estas bases no están fundamentadas en la naturaleza humana, pues el hombre queda como abandonado de esos recursos.
Pero, ¿qué clase de criatura es el hombre?
¿Qué fuerzas motivan al hombre?, ¿pueden ser dominadas?
¿Se siente culpable el de los actos que escapan de su control?
¿Cuál es su comportamiento normal?
¿Cuándo está sano o enfermo mentalmente?
Lo que subraya la logoterapia
La logoterapia rechaza la adaptación y promueve la responsabilidad personal. Pone el acento en la salud y no en la enfermedad, en el hombre total y no en la psique, en su libertad y no en sus limitaciones, en las tareas de futuro y no en los traumas del pasado.
Consecuencia de estos problemas
Crisis de valores en el hombre (me gusta llamarles: referencias).
La transformación que sufren las costumbres en el curso de la vida, priva al hombre de bases objetivas y obliga a formular en la subjetividad sus normas morales (Houston Smith, profesor del MIT)
La psiquiatría no solo debe buscar curar enfermedades mentales: debe prevenir
Debe el hombre estar más capacitado para enfrentarse a las tensiones de la vida moderna (Nevitt Stanford, Universidad de Stanford).
No puede haber tratamiento sin la propia concepción de la naturaleza del hombre.
La filosofía implícita en la terapia es más importante que ella misma (Schilder, discípulo de Freud).
Aportación de Freud
La aportación de Freud salió del campo de la medicina y la salud mental…, y se apoya todo esto en su visión del hombre. El hombre cobró conciencia de las fuerzas interiores que motivan sus actos, emociones y pensamientos.
Otras corrientes han ampliado la comprensión que tiene el hombre de sí mismo.
Todas las escuelas terapéuticas contribuyen a la salud mental, tanto por la filosofía de la vida como por la aplicación de sus técnicas médicas.
La Logoterapia
Frankl introduce cinco aportaciones a la salud mental (tres pertenecen al campo de la filosofía y dos al campo de la medicina):
· La interpretación de la existencia personal
· Lucha contra la neurosis colectiva
· Misión de proporcionar alivio a enfermos incurables
· Tratamiento de las neurosis originadas en el nous (espíritu) del hombre (neurosis noógena)
· Tratamiento de neurosis de distinta naturaleza (neurosis psicógena, originadas en la psique del paciente)
La interpretación de la existencia personal
La logoterapia contribuye a la salud mental mediante su interpretación de la existencia personal, una interpretación que no es suministrada por el terapeuta.
Se trata de ayudar a ver el mundo (incluyéndose a sí mismo) tal cual es (Sócrates: conócete a ti mismo).
(Freud hace hincapié que el conocimiento de nosotros debía incluir la verdad oculta en nuestro inconsciente, definiendo al núcleo de yo como “un id oscuro”, regido por el principio del placer).
Frankl hace hincapié en el nous (espíritu, ruhaj) en lugar de en la psique, y sitúa al núcleo del yo en la voluntad de sentido.
Mediante este cambio la logoterapia busca contrarrestar las recientes tendencias en la psiquiatría que despojan al hombre de su dimensión humana y amenazan con reducirlo a una cosa, a un producto de las fuerzas que residen en su interior y en su medio (reduccionismo).
Frankl no niega lo que dicen los reduccionistas (que el hombre es una computadora, un campo de batalla donde se enfrenta fuerzas psicológicas y el resultado de su ambiente), sino que le da al hombre su dimensión humana.
Para la salud mental de una persona es importante que conserve la firme convicción de que en su interior alberga fenómenos y motivaciones auténticos.
– Debe confiar en su capacidad de experimentar el amor genuino que surge de la dimensión humana.
– Debe creerse dueña de una conciencia auténtica que no se reduce a…
– El hombre debe convencerse de que el amor, la conciencia, el arte, la religión y su anhelo de verdad y sentido, son fenómenos auténticos y no meras sublimaciones, represiones y mecanismos de defensa.
Pero el reduccionismo se propaga en libros, artículos y películas destinadas al consumo popular.
Si los miembros mejor educados de nuestra cultura siguen considerando a los genios como perversos sexuales encubiertos, si piensan que todos los valores son… ficciones fraudulentas…, no veo por qué deba alarmarnos el hecho de que las masas de nuestra cultura muestren tan escaso interés por los valores y se abandonen, en cambio, en una orgía de consumo, crimen e inmoralidad” (William Irwin Thompson, Main Currenrts in Modern Thougth. Sociólogo de California, 1962).
Si los psiquiatras caen en la trampa del reduccionismo, el hombre común y corriente no tiene dificultad alguna para aceptar la interpretación de la existencia personal que hace la logoterapia, ya que concuerda con lo que le dicte su propia experiencia cotidiana: el anhelo del hombre por alcanzar el sentido, la belleza y el amor es un fenómeno auténticamente humano.
Lucha contra la neurosis colectiva
Puede hablarse de neurosis colectiva a la sensación generalizada de absurdo que priva en la actualidad, esta neurosis se manifiesta por cuatro síntomas: provisionalidad, fatalismo, someterse al pensamiento colectivo y fanatismo.
– Provisionalidad: la da el temor…, el temor a la guerra, etc., que impide a las personas a comprometerse, a establecer compromisos duraderos, y fomenta el cambio, el rápido uso de personas y metas a corto plazo, tales como placeres superficiales.
– Fatalismo: niega la libertad del individuo para tomar decisiones responsables, y este se considera a sí mismo como producto de circunstancias externas y condicionamientos internos ajenos a la persona.
– Pensamiento colectivo: priva de la posibilidad de elección, pues lo induce a aceptar como propias las decisiones tomadas por los demás.
– Fanatismo: acepta regirse por las decisiones tomadas por los demás (no se posee una opinión, sino que es la opinión la que lo posee a él).
Proporcionar alivio a enfermos incurables
Proporcionar alivio al que sufre fue siempre misión tanto del médico, como del sacerdote, pero sus fines son distintos, pues el fin que persigue el sacerdote es la salvación del alma y la del médico es la salud mental.
La meta de la psicoterapia es curar el alma, contribuir a la salud. La finalidad de la religión es algo esencialmente diferente: salvar el alma. Pero los efectos derivados de la religión son eminentemente psicohigiénicos. La religión le proporciona al hombre un ancla espiritual, una seguridad que no podría encontrar en otra parte. No obstante, para sorpresa nuestra, la psicoterapia puede producir efectos análogos imprevistos. Pues aunque entre los propósitos del psicoterapeuta no está el de despertar la fe religiosa de su paciente, en ciertos casos afortunados éste recobra su capacidad de fe (Viktor Frankl, La búsqueda de sentido).
La existencia puede cobrar sentido, incluso en las últimas horas de vida, y lo que es todavía más importante, que el sentido más profundo de la existencia, el sentido último, puede revelarse a menudo en situaciones en que no se dispone de ninguna ayuda.
Relación medico – paciente: todo paciente es un ser que sufre, y como tal, merecedor no solo de la competencia médica, sino de comprensión y compasión. El logoterapeuta es un compañero que participa en el esfuerzo común por encontrar el alivio.
Frankl, humanizó a la psiquiatría por medio de la logoterapia. La logoterapia amplia la relación bilateral médico – paciente y da cabida a un tercer participante: el sentido. El logoterapeuta ayuda al paciente a abrir la puerta que conduce al sentido.
Tratamiento de las neurosis noógenas
Este tipo de conflictos tiene su origen en conflictos de valores o de conciencia.
Hay que partir de que la enfermedad mental puede originarse en: el organismo (algo físico), en su psique (trauma, etc.), o en su nous (conflicto de valores).
Por ello el logoterapueta está obligado a establecer su diagnóstico sobre la base de la totalidad de la persona.
(Anterior a Freud se pensaba que todas las enfermedades eran provocadas por factores físicos…, con Freud se trasladó a la psique, Frankl se cuida mucho de no caer en una trampa semejante y decir que todas las enfermedades residen en el nous).
La logoterapia, por sí sola, no podría curar una neurosis provocada por una deficiencia química en el organismo, como tampoco el psicoanálisis podría curar una neurosis de tipo existencial. Frankl conoció casos en los cuales, el cuerpo, la psique y el nous de la persona se hallaban implicados en la neurosis misma.
Si aceptamos a las personas como son, únicamente las haremos peores de lo que son. Si las tratamos como si fuesen lo que debieran ser, las ayudaremos a convertirse en lo que son capaces de llegar a ser (Goethe).
Frankl considera esta frase como la “más apropiada para cualquier tipo de tratamiento”. Y Frankl no se cansa de repetir que no hay que dictarle al paciente lo que debe hacer y en lo que debe creer, sino que el sentido es algo que el paciente debe descubrir por sí mismo y que nadie puede transmitirle. La logoterapia amplía la visión del paciente con objeto de que cobre conciencia de toda la gama de sus potencialidades significativas y del hecho de que la vida jamás deja de tener sentido para nadie, ni siquiera en presencia de la muerte.
Tratamiento de las neurosis psicógenas
La logoterapia se recomienda especialmente en los casos de neurosis noógenas, pero también sirve para las neurosis psicógenas. Las dos técnicas indicadas para estos casos son: la intención paradójica y la desreflexión.
Intención paradójica: se aplica en los casos de pacientes que sufren algún tipo de fobia o neurosis compulsiva. La intención paradójica es la facultad exclusivamente humana de autodistanciamiento, que le permite al hombre salir de sí mismo, contemplarse desde fuera, enfrentarse e incluso reírse de sí mismo. Este autodistanciarse no solo se manifiesta en el poder desafiante del espíritu humano, sino también en su sentido del humor.
Desreflexión: es útil en aquellos pacientes que muestran una tendencia compulsiva a reflexionar demasiado sobre sí mismos (como sucede en la mayoría de los casos de neurosis sexual). Frankl se sirve de otra facultad humana que permite olvidarse de sí mismo y proyectarse hacia otros seres humanos y le llama la facultad de autotrascendencia.
Mediante la intención paradójica se insta al paciente a hacer o a desear que suceda aquello mismo que teme. El objeto de este método es el de romper el círculo vicioso que se crea como resultado de la angustia anticipatoria. Aunque primero hay que practicar un cuidadoso diagnóstico, y convencerlo de que la angustia es de naturaleza neurótica.
El neurótico que aprende a reírse de sí mismo es posible que esté en camino de su autocontrol, quizás de su curación (Gordon W. Allport, Universidad de Harvard).
La intención paradójica se enfoca a la supresión de los síntomas, no al descubrimiento de las causas que originan la neurosis (no es necesario conocer la causa de un incendio para poder extinguirlo).
Mediante la desreflexión, el paciente aprende a desviar la atención de los síntomas de su neurosis y a enfocarla en otros seres humanos con quienes relacionarse y en sentidos qué realizar.
También en estos casos se forma un círculo vicioso que es preciso romper sin que importe mucho saber cómo se inició ese patrón de conducta.
Hipocondríacos psicológicos
Freud tuvo éxito en convencer a sus contemporáneos que todas las neurosis se originaban en la psique. Pero hay que darse cuenta que muchas personas creen padecer trastornos psicológicos cuando en realidad sólo están frustradas noológicamente o son víctimas de su vacío y angustia existenciales.
La preocupación excesiva por conservar la estabilidad mental, al igual que la preocupación excesiva por alcanzar la felicidad o conciliar el sueño, sólo producirá resultados opuestos a los deseados: una preocupación exagerada por la salud puede generar en una hipocondría que, ciertamente, es una enfermedad.
Y como consecuencia de una lógica mal aplicada, vivimos en una sociedad de hipocondríacos psicológicos donde todo el mundo va por la vida con el oído atento a lo que acontece en su propio inconsciente y en el inconsciente de quienes lo rodean con la intención de descubrir las verdaderas motivaciones de sus actos, emociones y pensamientos. No obstante, muchas personas no solo padecen los complejos que según ellos “deben padecer” como resultado de sus experiencias infantiles, sino que también se dedican a observar a los demás en busca de síntomas que en su opinión “deben padecer”.
Muchas enfermedades mentales, se reducen solo a problemas vitales. La delincuencia…, no es un problema de salud mental, sino que es un problema social. Pero muchos psiquiatras están tan arraigados con la doctrina de Freud que creen descubrir enfermedades en toda conducta que se aparta de lo normal.
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