LA LIBERTAD: ENTRE EL ENCIERRO Y LA AVENTURA. Por: Dr. Miguel Jarquín De pronto, un murmullo empezó a recorrer las calles, hasta que se convirtió en un alarido estruendoso. El aislamiento se hizo presente y las avenidas, otrora inundadas de gente, carros, camiones y… se empezaron a ver abandonadas. El silencio se filtró con el poder de la suavidad, como el agua, en las casas, los negocios, las escuelas, las iglesias… el bullicio del mundo de fuera, quedó mudo. Junto con la cantidad de información, de todo tipo, llegó una petición que se convirtió en orden: “¡Quédate en casa!”. Y empezó a aparecer la visión individualista del mundo que es experta en incriminar: “¡Si no te quedas en casa, eres culpable de que la pandemia se propague y aumenten los muertos!”. La mayoría de políticos y gobernantes tenían que salvar...