El sitio de la Logoterapia y Análisis existencial. Aniversario 19 años, desde 2005.

La búsqueda de identidad como proceso creativo. De Elisabeth Lukas

espiritual1De la obra de Elisabeth Lukas: Identidad y adicciones.
Resumido por: Elisa Vanek Lemus

Cuando se habla de la diferencia cualitativa entre la facultad de pensar animal y humana, o más actualmente, entre un superordenador y el cerebro humano, casi siempre se alude a la capacidad creativa de la que carecen por igual máquinas y animales. Las ideas artísticas o musicales, los intereses científicos, las creaciones tecnológicas, la religión, la filosofía, por nombrar sólo algunos ámbitos, son <<dominios humanos >>por excelencia. Al ámbito creativo se añade el cognitivo, es decir, el reconocimiento y la formación una identidad. Ningún animal es capaz de valorarse a sí mismo como un <<ser animal>> ni ningún aparato sumamente perfeccionado está en situación de clasificarse como <<aparato>> entre la abundancia de cosas del mundo.

Si observamos el crecimiento de un niño desde que empieza a actuar por reflejos e impulsado por instintos hasta que se convierte en un joven mentalmente adulto, vemos que el salto cualitativo a los <<dominios humanos>> es continuo y no siempre el marco de un proceso lento e imperceptible, sino, en ocasiones, de manera repentina. Todo empieza cuando, un día, el niño introduce una acción autónoma en la pura copita e imitación de actos, es decir, crea una combinación que da como resultado una forma que no tenía interiorizada. Esto sucede, por ejemplo, al apilar las piezas de un juego de construcción o en el uso del lenguaje, cuando el niño inventa de repente frases propias, o también al pasear cuando se toman caminos por los que nunca se ha pasado. La habilidad del educador se encargará de fomentar y guiar estos saltos del niño a las acciones creativas. Fomentar, porque la autonomía, la abundancia de ideas y la creatividad son indicadores satisfactorios de un desarrollo sano y positivo; ya guiar, porque un crecimiento silvestre de la identidad podría dañar la relación del niño con la sociedad, por ejemplo, si se inventa las palabras o si no respeta las normas de convivencia. El difícil proceso de fricción entre la adaptación a los demás y la personalidad propia, entre la asunción de la tradición y la creación de cambios, empieza con el primer paso infantil hacia lo creativo y ya no termina jamás.

Si seguimos el desarrollo del joven, el siguiente salto cualitativo que encontraremos será el afloramiento de la búsqueda de un ideario propio, aproximadamente en la época de la pubertad. Con la capacidad de pensamiento crítico llegan por primera vez las preguntas sobre la religión y la sociedad a los labios del joven que, hasta ahora, se ha limitado a ir repitiendo lo que le decían. Todo lo que antes de la pubertad se creía sin refutar, ahora se cuestiona, se prueba, se agita, se le da la vuelta. Otra vez, el educador necesitará un tacto especial para, sin recurrir a argumentos prefabricados, ayudar al adolescente escéptico y obstinado a encontrar respuestas orientadas hacia unos valores. La creencia en <<lo que mantiene unido al mundo en lo esencial>> siempre es el producto de un acto creativo arduo y espiritual que se inicia en la pubertad y que -en el mejor de los casos-  se hace bajo la atenta y paciente mirada de las personas de referencia.

Cuando al final ya sólo queda dar el paso a la vida adulta, nada pondrá trabas al último gran salto hacia la realización creativa de la persona: el descubrimiento de la identidad propia, es decir, la percepción de objetivos personales y del sentido de la vida de cada uno. Partiendo de la capacidad, practicada en la infancia, de actuar con fantasía y de una línea ideológica fraguada en el impulso y la precipitación adolescentes, a partir de ahora sólo habrá lugar para la realización de la existencia humana en tanto individuo único, excepcional, irrepetible e insustituible.

Por desgracia, algunas personas no experimentan en su desarrollo los saltos aquí descritos, lo cual tampoco se puede achacar únicamente a los responsables de su educación. A veces, las predisposiciones de carácter ansioso, la seducción de los medios de comunicación, las ideologías enfermizas, las influencias dominantes de los coetáneos y la inercia personales combinan con los distintos obstáculos que se interponen fatídicamente en nuestras vidas. ¿Qué ocurre entonces? Que el radio de acción creativo no se expande lo suficiente. No hay innovación, el ideario no resiste y la persona no consigue llegar a su identidad. Es una situación <<existencialmente>> grave, pero siempre quedan dos posibilidades para estas personas: o bien se esfuerzan por su propia cuenta en recuperar enérgicamente lo perdido, o bien rehúsan reconocer honestamente sus debilidades refugiándose en el mundo irreal de la huida y la adicción.

Repetimos: es duro recuperar lo perdido, pero también es posible. ¿Por qué es duro? Porque el arte de crear requiere olvidarse de sí mismo con naturalidad y abnegación, mientras que el desertor y el adicto solamente conoce el auto-olvido embriagador. Pasar de lo segundo a lo primero implica transformar completamente la actitud ante la vida, y eso no resulta nada fácil. A continuación expondremos algunas reflexiones a modo de ayuda. 

El auto-olvido natural y abnegado.

Para empezar, nos adentraremos en la capacidad natural y abnegada de olvidarse de uno mismo. Viktor Frankl nos enseñó que el ser humano encuentra su identidad trascendiéndose a sí mismo. Según él, el ser humano apunta más allá de sí mismo. Nos remitimos a algo que no somos nosotros. A algo o a alguien. A un sentido que hay que satisfacer o a otro ser humano con el que nos encontramos. A una cosa a la que servimos o a una persona a la que amamos.

Para Frankl, los proyectos creativos nunca se conciben teniendo en cuenta exclusivamente los deseos y necesidades propios, sino que también incluyen al mismo nivel, cuando no prioritariamente, a las personas y cosas que nos rodean.

Diferentes estudios psicológicos avalan los puntos de vista de Frankl. Un panadero satisfecho con su profesión no se pasa el día pensando si le va bien despertarse de madrugada o si le gusta o no amasar. Un panadero satisfecho es aquel que está metido de lleno en su oficio que moldea la masa con habilidad, inhala con fruición el aroma del pan recién hecho y se concentra en vender un género excelente y mantener una clientela fiel. De la misma manera, un médico satisfecho no es aquel que está pendiente de la caja registradora y lo único que hace es pensar en cómo deshacerse de los pacientes molestos, sino aquel que ha declarado la guerra a la enfermedad y la muerte e invierte una parte de su ser en esta lucha. Nadie puede identificarse primero con una profesión y después disfrutar trabajando en ella, porque en realidad sucede lo contrario: al principio se establece un compromiso con el trabajo en el que el Yo, frente a las exigencias de la situación, se coloca voluntariamente en un segundo plano. La atención del que trabaja está cautivada en todo momento por el sentido que debe ser satisfecho en cada acción y, al mismo tiempo, de manera inadvertida y espontánea, se produce el milagro de la obtención de identidad: la persona se aproxima a aquello que le gustaría ser, es decir, a sí misma.

La elección de pareja discurre por cauces parecidos. Aquí también se produce un proceso de formación de la identidad que sólo se culmina cuando la elección se orienta hacia un Tú del que el Yo se ha enamorado. La esencia de la personalidad propia se fortalece en la existencia feliz para el otro. Lo mismo se puede decir de la elección de domicilio o de cualquier otra decisión que abra nuevas perspectivas en la vida de una persona. Por supuesto, las necesidades y pulsiones vitales de cada individuo siempre están presentes, pero únicamente se limitan a hacer el trabajo sucio de un proceso creativo en el que un <<deber mundial autrotrascendente>> (por íntimo que sea) permite al ser humano aspirar a objetivos que solamente se abren a seres espirituales. 

El auto-olvido embriagador

A diferencia del anterior, el auto-olvido embriagador hace que el individuo se olvide precisamente de este <<deber mundial autrotrascendente>> y se entregue a una agitación interior que no se puede eliminar si no es con una dosis de anestesia que permita pasar unas cuantas horas vegetando sin el menor síntoma de intranquilidad. En este periodo exento de compromiso, la alegría muere. La atención, que ya no tiene ningún sentido que la cautive, rodea al ego con sus brazos y lo arrastra al remolino de la autocompasión. <<¡Oh! ¿Qué me está pasando? ¿Qué tengo? ¿Cómo me siento?>>Mirarse al espejo es estremecedor. Se va esbozando una mueca cada vez más sombría. Ángel Silesio sabía de lo que hablaba cuando escribió los versos siguientes:

“En el corazón de cada ser humano hay una imagen de aquello a lo que aspira ser y si no lo consigue su paz nunca será completa”.

De una cosa podemos estar seguros: el que se emborracha o se droga lo hace porque no ha encontrado la paz interior y la adicción tampoco proporciona esa paz. Simplemente, ofusca al individuo y al final, puede matarlo. Y nadie sabe si realmente descansará en paz…

El salto necesario.

Por tanto, todo desarrollo sano de la identidad requiere un salto del auto-olvido embriagador al auto-olvido natural y abnegado. Pero ¿qué aporta este salto? La respuesta, como suele suceder en la vida, es relativamente sencilla: aporta conocimiento de que la realidad es más importante que su aceptación por parte de nuestros sentimientos; que esta realidad sigue existiendo incluso cuando huimos de ella para refugiarnos en otro sitio; que se trata de la realidad que nos rodea porque ella es el material del impulso creativo que nos mueve desde tiempos inmemoriales; y que no podemos escabullirnos de intervenir constructivamente en la realidad, por bueno o malo que sea nuestro estado de ánimo en cada momento. Quizá sea un discurso duro, pero esconde una sabiduría que Viktor E. Frankl reflejó,  por ejemplo, en estos dos breves fragmentos:

No cabe duda de que, al fin y al cabo, siempre es mejor experimentar un malestar y que los médicos nos aseguren que no hay nada fisiológico detrás. Siempre será mejor que el caso contrario, es decir, no notar nada, y sin embargo, arrastrar una lenta enfermedad latente […].

PACIENTE: Todo me parece vacío, sin sentido.

FRANKL: ¿Qué es lo que cuenta para usted, la manera como le parecen las cosas, o sea, vacías o llenas? ¿O lo único que cuenta para usted es que todo sea importante?

La argumentación de Frankl es obvia. Por supuesto, siempre es mejor no estar enfermo aunque uno se sienta enfermo (como les sucede a los hipocondriacos) que estar enfermo y no notarlo (de momento). Siguiendo la misma lógica irrefutable, también es mejor acometer algo con sentido y sentirse (de momento) miserable (como en el salto al auto-olvido natural y abnegado) que hacer algo carente de sentido y sentirse de maravilla (por ejemplo al consumir drogas). Por tanto, el mensaje que una ayuda eficiente para adictos deberá transmitir es el siguiente: el ser tiene preferencia sobre cualquier ilusión emocional. Y, simultáneamente, de manera inadvertida y espontánea, se producirá el milagro de la obtención de identidad…

 

 

Artículos relacionados

  • No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere. José Ingenieros Para Sócrates los jóvenes de su tiempo eran unos tiranos, para Aristóteles tenía una importancia absoluta adquirir hábitos en esa etapa, para Rousseau la juventud era el momento de estudiar la sabiduría, para Víctor Hugo “los cuarenta eran la edad madura de…

  • 26 de marzo en el año 1905 nace en Viena, Austria un hombre que dejaría un enorme legado a la humanidad: Viktor Emil Frankl. Su aportación, una psicoterapia que en el siglo XXI responde a la enorme necesidad de sentido, de humanidad, de coherencia que viven las sociedades. Los invitamos a leer la biografía de este ser humano tan especial…

  • Elizabeth Lukas logoterapéuta, discípula de Viktor Frankl. Algunos de sus libros: "También tu sufrimiento tiene sentido", "De la vida fugaz" "Paz vital, plenitud y placer de vivir".

Comparte el Artículo

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Diplomado en Logoterapia en línea!

Intro-Diplomado-en-Logoterapia-en-línea
Reproducir vídeo

 

    • Ya puedes aprender de la Logoterapia de forma virtual.
    • Estés donde estés y a la hora que tú prefieras.
    • No hay fechas fijas de inicio! Puedes empezar en cuanto te inscribes.
    • Logoforo-Academia está abierta las 24 horas, los siete días de la semana.

Deja tu Nombre y tu Email y te enviaremos nuestro Newsletter

Videos sobre Logoterapia

Logoforo ofrece videos gratuitos de Logoterapia y desarrollo personal para poner a tu alcance herramientas de crecimiento para todos.

¡Deja tu Nombre y tu Email y te enviaremos nuestro Newsletter!

Recibe Gratuitamente Noticias sobre Logoterapia y Psicología Humanista.